Balsamarios en el toilette femenino en Caesar Augusta

Uno de las secciones en la exposición que conmemora la muerte de Augusto está dedicado al ajuar femenino.
En la vitrina se exhiben varios objetos y entre ellos destacaremos los llamados balsamarios, más conocidos como ungüentarios, proceden de Zaragoza y su provincia y son de época de Augusto. Formaban parte de los objetos de toilette y su función primordial era contener perfumes y pomadas cosméticas.

Conjunto de balsamarios de cerámica, vidrio soplado y varilla en vidrio. Foto: J. Garrido.

Los hallazgos más frecuentes se han realizado en tumbas depositados como ofrendas, su contenido se solía usar en ceremonias funerarias.
Aunque su forma puede ser variada la que más predomina es la de perfil con el cuerpo ovoide y cuello más o menos alto, su altura puede alcanzar hasta los 17 cm, lo más frecuente es que midan entre los 5-6 y 13 cm.
El material con el que se fabricaron fue muy variado, piedra (alabastro o mármol), metal (oro, plata o bronce), cerámica y vidrio.

Balsamario de cerámica de época de Augusto. Foto: J. Garrido.

Hasta la invención del vidrio soplado los ungüentarios en este material eran muy caros y costosos, se fabricaban mediante la llamada técnica del “núcleo de arena”; con un movimiento giratorio, utilizando una varilla de hierro, se aplicaban hilos de vidrio caliente sobre la masa de arena hasta que quedaba totalmente cubierta y se obtenía la forma deseada, el vidrio se recalentaba continuamente para fundir los hilos, se enfriaba y se procedía a extraer de su interior la arena.
A fines de época de Augusto y los inicios de Tiberio (hacia los años 10-20 d. C.) se difunde el vidrio soplado. Su proceso tecnológico consiste en soplar con caña de hierro una porción de vidrio fundido hasta que se obtenía una burbuja, se le hacia volar en el aire y se trabajaba con pinzas y otros utensilios hasta obtener la forma deseada. Este sistema de producción abarató la manufactura de recipientes de vidrio lo que permitió la sustitución del material cerámico. Los balsamarios de cerámica que se pueden ver en la exposición son de los últimos que se fabricaron, es evidente que el material vítreo proporcionaba indudables ventajas, su producción era más barata y rápida, carece de porosidad, por lo que conserva mejor el líquido y los aromas y, además, era apto para el reciclado, práctica muy extendida en época romana (algo que no es posible con los recipientes de piedra y cerámica).
Para extraer los perfumes se usaban varillas de diversos materiales, entre ellos de vidrio, como la que se puede observar en la fotografía.

Balsamario de vidrio soplado. Foto: J. Garrido.

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