El pasado sábado día 20 disfrutamos de la Noche en Blanco, una de las citas más esperadas por los amigos del Museo de Zaragoza. En esta ocasión, hemos querido dedicar la velada al Japón tradicional, dado el poder de convocatoria que ha tenido la exposición “Hiroshige (1797-1858) y su época”, inaugurada el pasado mayo. La muestra, que reúne unas 150 piezas, entre estampas y libros ilustrados, pinturas, caligrafías, lacas y diversos objetos, homenajea la figura de este reconocido creador del género ukiyo-e del periodo Edo. Así, algo más de 1.300 personas pudieron visitar en apenas 3 horas la muestra y participaron de las actividades propuestas, además de hacerse fotos junto a las geishas de un “fotocall” muy especial, inspirado en una estampa ukiyo-e de la exposición.
El patio del museo siempre cobra un especial protagonismo en la Noche en Blanco y la temperatura fue especialmente adecuada para disfrutar de actuaciones musicales que, además de conectarnos con Japón, estaban pensadas para un público familiar, haciéndonos eco de las numerosas peticiones de ediciones anteriores.
El Grupo KamiDaiko Zaragoza “rompió la hora” en el arranque de la noche. Se trata de un grupo integrado en la Asociación Cultural Aragón-Japón y cuyos miembros tocan el tambor o “taiko” tradicional japonés, un instrumento milenario ligado a ritos y festivales tradicionales sintoístas. Los “kami” son nombre de los dioses y fenómenos de la religión nativa de Japón y que habitan en la naturaleza, siendo estos tambores sus mensajeros. Todos vibramos con la energía de Kamidaiko, tan majos que incluso animaron a los niños presentes a tocar con ellos.
Cuando se hizo la oscuridad llegó la hora de la ópera, la compañía MikrÓpera nos hizo viajar en el espacio y el tiempo con “Plumas de Seda”, una preciosa adaptación del cuento japonés “La grulla agradecida”, musicalizada con arias y dúos de Verdi o Puccini. Un relato muy bien engarzado en con una puesta en escena totalmente japonista y cuyos protagonistas, Kotaro y Mimi, nos emocionaron con sus voces y su historia de amor.
Todo el que quiso pudo llevarse un recuerdo de la noche, pues se habían preparado dos talleres que, si bien de una forma simplificada, acercaban el arte de la estampación japonesa y de la poesía de los “haiku”. Mariposas, grullas y campesinos de Hiroshige fueron los motivos más populares entre pequeños y no tan pequeños.
Si alguien se quedó ganas de más “Japonerías”, no os lamentéis, porque os ofrecemos dos remedios para vuestro mal: el Museo de Zaragoza acogerá la semana próxima la II Semana del Japón , organizada por la Asociación Cultural Aragón-Japón. Del 1 al 3 de julio, habrá talleres para los más pequeños de la casa por las mañanas y para adultos a la tarde. Toda la información sobre inscripciones, aquí.
Además, los jueves y viernes del mes de julio (a las 12 h) tendrán lugar visitas comentadas a la exposición de “Hiroshigue (1797-1858)y su época”. Son gratuitas y no es necesario inscribirse, aunque las plazas son limitadas.
MdZ