Crónica de una Noche en Blanco

Un año más, y ya van seis, el Museo de Zaragoza se unió a una nueva edición de la Noche en Blanco.

La  Noche en Blanco es una iniciativa que comenzó en el año 2002 en París y a la que poco a poco se fueron sumando más ciudades, entre ellas, Zaragoza. Museos, galerías de arte, archivos, bibliotecas y otros espacios, tanto públicos como privados, abren durante esa noche sus puertas, de forma gratuita, ofreciendo numerosas actividades que intentan privilegiar la creación contemporánea de forma integral: artes plásticas, cine, música, danza y teatro.

Las diferentes actuaciones llenaron de visitantes el patio. Foto: J. Garrido

En esta ocasión, el Museo de Zaragoza amplió su horario desde las 20h., hora habitual de cierre, hasta las 00h., ofreciendo numerosas actividades que giraron entorno al arte y las manifestaciones culturales propias de las primeras décadas del siglo XX.

Así, pudo visitarse el área expositiva de la galería, en la cual se exhiben los fondos artísticos más modernos del museo, que van desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el XXI, y en el que tienen un especial protagonismo las vanguardias europeas que influyeron en la obra de artistas españoles y aragoneses.

Las áreas expositivas de la galería y Hiroshige permanecieron abiertas hasta la medianoche. Foto: J. Garrido

En el patio del museo, por otra parte, se fueron sucediendo las actuaciones de música y danza. El Trío Salduie, compuesto por Consuelo Roy (piano), Nuria Gañet (violoncello) y Daniel Francés (violín), especializado en la recuperación, estudio y divulgación del patrimonio musical español, especialmente de los dos últimos siglos, nos deleitó con una Habanera de Enrique Fernández Arbós, un Intermezzo de Enrique Granados, un Fox-Trot de Ricardo Lamote de Grignon y Primavera Porteña de Astor Piazzola, con el que deleitaron a grandes y pequeños. Los bailarines y coréografos Carmen Fumero y Miguel Ballabriga, nos ofrecieron su magnífico pase a dos “…Eran casi las dos”. Chic to Chic, dúo formado por Laura Almárcegui (voz) y David Pellejer (piano) nos ofrecieron, y encantaron, con canciones como Let’s do it, let’s fall in love y I’ve got you under my skin, de Cole Porter, Summer time, de George Gershwin o Take “A” train, de Duke Ellington.

Trío Salduie. Foto: J. Garrido
Carmen Fumero y Miguel Ballabriga. Foto: J. Garrido
Chic to chic. Foto: J. Garrido

Mientras tanto, adultos y niños fueron participando en los talleres surrealistas que proponíamos, y se animaron a realizar divertidos collage, así como escribir un relato colectivo utilizando la técnica del “cadáver exquisito”. El resultado no pudo ser más imaginativo y divertido:

Niños y mayores se animaron con el arte del collage. Foto: J. Garrido

No era una noche cualquiera, el cielo amenazaba a tormenta, pero todo iba a cambiar así que nos pusimos manos a la obra… Tenemos que abrir todos nuestros sentidos, el principal, el sexto… El rival más difícil está en tu cabeza. Sólo si tu quieres puedes vencerlo y ¿abonazalo? Cuando tú quieras lo podrás borrar. No siempre se puede borrar por lo que hay que pensar. Pues pintarla de muchos colores!!! De tantos como puedas encontrar en el museo. No aguanto más de tanta felicidad!!! Vida solo hay una ¡Disfrútala! Y el mar… calmó su ira. NO. Y el cuento, se alborotó. GooooOH!. Ooooo…El universo (uni-verso) es UNA HAMBURGUESA! Poema. Samanta G.A.B. Nota: Samanta vivía en Hambugo. Pero es una hamburguesa de plastilina y arena. Pianista. Sorpresa. Azul. Líquida. Es extraño absoluto. Se Ler. Sé Leer. Pantalones cortos. Un castillo. Un Castil. El castillo. El rei y el ada. Erase una bez…Un castillo ¡enorme! Que avia mucha begetacion. Y llovio. Y avia una ada que sabia ber y era reina y por ultimo tenia el pelo alborotado y las nubes por todas partes. Habian dos soles uno negro y otro rojo y una maripos, una flor, un sol gigantesco dos flores rosas tambien una flor gigantesca una cara gigantesca dos adas una se llamaba Julia. Un precioso perrito. Había una nueva colección de ropa en un restaurante con enanos. Un nacho fétido. Había una vez una niña que vino al museo a oir música clásica en un patio muy bonito. Mila. … y escuchando música se enamoró … de un Dr. Bailaron asta el amanecer… y el amanecer les sorprendió. Se conocieron mejor y se hicieron novios. Al final se casaron.

Relato colectivo según la técnica "cadáver exquisito". Foto: J. Garrido

¿Os ha gustado? A nosotros, mucho. Y no podemos estar más encantados y agradecidos con el nivel de asistencia, más de 1030 personas, y el alto grado de participación que hubo. Deseando estamos de que llegue la próxima Noche en Blanco.

Imagen del Cadaver Exquisito

 

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