Este domingo es el Día Mundial del Agua y, desde el museo, ponemos nuestro granito de arena para darle la importancia que tiene un bien tan escaso e importante como este. Para ello, hemos seleccionado dos piezas de nuestra colección de arqueología muy relacionadas con las aguas y su gestión. El agua ha sido un recurso fundamental desde la antigüedad y así queda reflejado en estos materiales.
El bronce de Agón, procedente del yacimiento de Las Contiendas ubicado en esta localidad zaragozana, es un largo epígrafe de época de Adriano que recoge el reglamento de una comunidad de regantes y otras disposiciones relacionadas con ella. Data del 117-138 d.C. Se trata de un documento romano fascinante muy valioso por suministrar información sobre la irrigación agrícola y la organización de los distritos rurales de las ciudades. En estas materias, es el testimonio más completo disponible.
Este bronce, además, es importante porque las comunidades de regantes, muy abundantes en el valle del Ebro, no acostumbraban a realizar este tipo de inscripciones en bronce con sus reglamentos. Por este motivo, se piensa que este texto se expondría en algún espacio público porque recogía la información para poner fin a una disputa de aguas entre tres pagus o distritos rurales, dos de ellos integrados en Caesaraugusta (Galos y Segardense) y el pago Belsinonense perteneciente a Cascantum. En este caso, los regantes cesaraugustanos, que se encuentran en una posición más débil por su ubicación geográfica aguas abajo, habrían solicitado la intervención del legado jurídico para resolver el conflicto.
Por otro lado, el bronce de Botorrita o tabula Contrebiensis, procedente del Cabezo de las Minas en dicha localidad zaragozana, data del s. I a.C. Esta inscripción alude a otro conflicto del que no tenemos detalles, pero que se refiere a la venta de un terreno por parte de la comunidad de Sosinesta (entre Alagón y Zaragoza) a los vecinos de Salduie (Zaragoza) para la construcción de un canal de aguas de riego, con la oposición de la comunidad de Alaun. Cabe decir que los jueces fallaron a favor de Salduie y se cree que esta acequia de riego puede ser una precursora de la actual de La Almozara, que toma las aguas del río Jalón, cerca de Alagón y desemboca en el Ebro en Zaragoza, a la altura de la plaza de Europa, regando las tierras de la margen derecha y atravesando el municipio de Utebo.
Aquí queda de manifiesto no solo la importancia del agua desde la antigüedad, sino su desarrollo tanto técnico como normativo en el mundo romano.
Podéis ampliar la información en: AAVV., “Aragón antiguo. Fuentes para su estudio”, Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2013.
MdZ