El Museo de Zaragoza enriquece la muestra de arte Gótico y saca a la luz dos alabastros de su colección que se exponen en la Galería de la primera planta. Las dos esculturas son de mediados del siglo XV y tienen una altísima calidad. Son piezas muy singulares que muestran influencias flamencas y germánicas. Ambas han permanecido en área de reserva y pasan a formar parte de la exposición de manera permanente.
Los dos grupos escultóricos han sido estudiados por Mª Carmen Lacarra y a ellos se refiere en la publicación “Arte Gótico en el Museo de Zaragoza” que puede consultarse en la biblioteca del museo. La Piedad se atiene a la iconografía tradicional en la Baja Edad Media. Es un grupo de silueta triangular con la figura de la Virgen sedente con el cuerpo de su hijo muerto sobre las rodillas. La imagen presenta un gran parecido con las figuras que presiden el retablo dedicado al Calvario de la catedral de San Salvador de Zaragoza y que se atribuye al Maestro Ans, por lo que se piensa que esta escultura podría ser obra del mismo autor. Mª Carmen Lacarra plantea que pudo pertenecer a un retablo y estar colocada en una hornacina como imagen devocional.
La escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño representa al grupo de parientes más próximos a Jesús: su madre y su abuela. Este tema se difunde a partir del siglo XIV en Países Bajos y el norte de Alemania y se populariza en los siglos XV y XVI en España e Italia. Se trata de una obra importante que también formaría parte de un retablo y sus características llevan a pensar que comparte autoría con La Piedad.
Con estas dos incorporaciones, la Galería de arte Gótico muestra pintura, escultura y arte mueble. En este espacio se destacan obras singulares como el Ángel Custodio de Pere Johan y completan el discurso de las salas de arte Gótico recientemente abiertas. Todo el conjunto ofrece un recorrido por una de las etapas más brillantes del pasado histórico cultural aragonés.
