El ciclo legendario de Hércules en la pintura mural de la Colonia Celsa

Durante el Imperio Romano fueron frecuentes las representaciones figuradas en pintura mural y mosaicos que tomaban los modelos de las pinturas sobre telas (totalmente perdidas) y tablas que raramente se han conservado. Las pinturas sobre tabla más célebres son los retratos funerarios sobre sarcófagos de los siglos II-III d.C., encontrados en Egipto (El Fayum), se realizaron utilizando el método de la encáustica sobre madera. Vitruvio sobre está técnica escribía: «Hay que extender una capa de cera caliente sobre la pintura y a continuación hay que pulir con unos trapos de lino bien secos.»

Para realizar la pintura mural el mortero se aplicaba en varias capas y grosores, entre tres y siete. En su composición intervenían aglomerantes (carbonatos, yeso), arenas y áridos (yeso fibroso, cuarzos, cuarcitas, feldespatos y calizas). La capa externa del mortero («intonacco«) podía ser de color rosa (yeso y carbonatos más óxidos metálicos y minerales de arcilla) o blanco (yeso, carbonatos, más áridos). En el proceso decorativo final participaban el dealbator que blanqueaba las paredes y especialmente el pictor (pintor decorador), que cuando ejecutaba los colores de fondo y los paneles o decoraciones repetitivas se denominaba pictor parietarius y cuando confeccionaba las escenas con imágenes era el pictor imaginarius.

Hércules y la cierva Cerinnia.  Fresco de la Colonia Celsa, Velilla de Ebro (Fot. J. Garrido)

Como sucede en todas las religiones, en las que se acepta la representación de los relatos históricos de dioses, héroes, santos, etcétera, el mundo romano hizo gala de una gran creatividad y el tema hercúleo fue uno de los favoritos. Y así sucedió en la Colonia Celsa donde unas  pinturas murales reflejan el ciclo legendario de Hércules, en las que figura el héroe en los doce episodios de su mítica vida. Las imágenes se realizaron en cuadros alusivos sobre la pared de una habitación identificada como un triclinio de recepción, en una casa de la que desconocemos el nombre del propietario y que se ha denominado, precisamente, Casa de Hércules.

Vaso griego con Hécules y la Cierva Cerinnia

 

En los restos mejor conservados se ve el relato de dos episodios: Hércules con arco y la cierva Cerinnia (Dimensiones: 35 x 22 x 4 cm) y Hércules con la clava y el jabalí de Erimanto (Dimensiones: 50 x 30 x 2,5 cm). Esta última escena reproduce la estatua en bronce de Hércules Emiliano (Museos Capitolinos, Roma), tenida como copia de un original del siglo IV a. C. Las pinturas se encuadran en el II Estilo decorativo y se fechan entre los años 40-30 a. C. aproximadamente.

Hércules con la clava. Fresco de la Colonia Celsa, Velilla de Ebro (Fot. J. Garrido)

Una muestra más del grado de refinamiento y ostentación que alcanzaron los ciudadanos acomodados de esta ciudad del valle del Ebro, quienes estaban impregnados del más clásico gusto romano.

MdZ

Hercules Emiliano. Museos Capitolinos

 

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