Ayer, a última hora del día, nos llegó la noticia de que Félix Montón Broto había fallecido en Huesca. Hacía 76 años que había nacido en Zaragoza. Se nos ha marchado uno de los protagonistas de la arqueología altoaragonesa de los últimos 35 años. Doctor en esa materia, es autor de un centenar de artículos sobre la prehistoria oscense.
Algunos de los que lean estas líneas les sorprenderá que lo califique de protagonista, cuando resultaba una persona poco dada a pasearse por los círculos académicos vanagloriándose de sus investigaciones. Y eso que tenía motivos para hacerlo, pues aquí es donde reside su talento, en los trabajos de campo y en sus investigaciones que publicó en diversas revistas y congresos y que ya forman parte de la historia de Aragón. Su campo de trabajo preferido fue el Bronce final y la primera Edad de Hierro en el sur de Huesca, al que dedicó infernales veranos excavando en el Tozal de Los Regallos (Candasnos), Zafranales (Fraga) y su empresa más importante y que le ocupó todo su tiempo hasta el final: el poblado y la necrópolis de La Codera (Alcolea de Cinca).
Excelente dibujante, cualidad muy apreciada en arqueología, tenía sólidos conocimientos de topografía, por lo que sus datos gráficos son de una exactitud y pulcritud envidiables. Las excavaciones que dirigía eran verdaderas escuelas de práctica arqueológica, por eso los estudiantes se rifaban poder participar.
Félix tenía una curiosidad inagotable, capacidad de trabajo e intuición, tres cualidades que en el mundo de la arqueología son garantía de éxito. Pero no solo excavó y publicó, sino que compartió su sabiduría en amenas conferencias y charlas divulgativas, no en vano su profesión era la de catedrático de Historia de enseñanza media. Ejerció en Fraga y Huesca. También fue profesor de la UNED en Barbastro.
Inquieto, deseoso de participar en la vida cultural de su ciudad, se vinculó al Museo de Huesca donde colaboró asiduamente. Llegó a ser durante varios años presidente de la Asociación de Amigos del Museo, con la que desplegó una gran actividad.
Lo conocía desde julio de 1982 que coincidimos en las excavaciones de la Cueva del Moro (Olvena) y puedo asegurar que Félix Montón Broto era una persona amable, generosa y dotado de un sentido del humor muy particular. Amigo de todo el mundo y enamorado del Altoaragón y de su más remoto pasado. Siempre estarás entre nosotros con tus urnas acanaladas y tus misteriosos túmulos.
Isidro Aguilera Aragón
Director del Museo de Zaragoza