Ingresa en el Museo una interesante cerámica neolítica

Procedentes de una campaña de prospecciones arqueológicas en el término municipal de La Muela, llevada a cabo en 2008 por un equipo de la Universidad de Zaragoza, han ingresado en nuestro museo, como es preceptivo, quince fragmentos de cerámica pertenecientes a una misma vasija neolítica. Los restos fueron encontrados en superficie, en un paraje llamado La Ambrolla, sobre la ladera de un pequeño cerro en la vertiente de la Muela que se asoma al valle del río Jalón.

Detalle de la decoración

El interés del conjunto se centra principalmente en un gran fragmento (147, 26 mm. de longitud máxima y 122,96 anchura máxima), decorado con técnica cardial, es decir de impresiones consecutivas hechas con el canto de una valva de berberecho (Cardium edule) en la pasta blanda, y de boquique o líneas discontinuas en punto y raya ejecutadas con un punzón.

El recipiente al que perteneció era un gran cuenco de 31 centímetros de diámetro que poseía su tercio superior densamente decorado, mientras que el resto quedó liso, pero bien espatulado lo que le proporcionó un acabado brillante. Posee un pequeño mamelón perforado verticalmente a modo de asidero. La ornamentación es geométrica organizada en una banda de triángulos con el vértice hacia abajo y con un relleno interior compuesto por líneas verticales y paralelas realizadas con cardium. Un segundo espacio decorado lo compone un friso en zig-zag delimitado por impresiones de boquique y relleno de huellas de cardium. Hay un espacio libre y debajo se desarrolla una franja horizontal de impresiones y, bajo ella, restos de un triángulo hecho a base de huellas de cardium, que seguramente se repitió rítmicamente.

El fragmento de cerámica

Se datan estos fragmentos en un momento del Neolítico antiguo que se puede situar hace unos siete mil años, y pertenecería a un pequeño establecimiento al aire libre originado por los primeros agricultores y ganaderos que habitaron esta comarca.

La singularidad histórica de este hallazgo es muy grande si consideramos el vacío  absoluto que hay de yacimientos de este periodo en el sector central del valle del Ebro, a pesar de que ya es un territorio bien conocido arqueológicamente hablando. En la provincia de Zaragoza hay que irse a su extremo oriental (Caspe, Mequinenza, Maella) para encontrar ocupaciones con cerámicas cardiales, o a su zona prepirenaica (Biel) para hallar yacimientos de esta época.  Más abundante son los sitios en la provincia de Huesca y algunos otros en Teruel, en su zona ya más cercana a la costa mediterránea. El hallazgo de la Ambrolla pone de nuevo de relieve el papel de corredor constituido por el Jalón, como eje de comunicaciones prehistóricas hacia la Meseta, puesto que se han encontrado vasos similares en yacimientos ubicados en la cabecera de este valle, en concreto en Ambrona (Soria) y, por lo tanto, bien alejados de la costa mediterránea que es donde se originan esta clase de estilos decorativos en cerámica.

Dibujo del cuenco

Sin duda este fragmento de cuenco es una significativa pieza que aporta luz a una etapa prehistórica crucial y poco conocida en estos lugares. Esta cerámica, sin duda, tendrá un lugar destacado en la exposición permanente del Museo de Zaragoza, cuando se acometa su tan necesaria ampliación.

Artículo en revista Saguntum Extra 12

Artículo en la revista Salduie nº 10

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