La riqueza del Museo de Zaragoza no sólo reside en la selección de obras y piezas expuestas ni en los copiosos depósitos artísticos y arqueológicos que conserva, si no también en el extraordinario fondo documental que custodia. Este fondo tiene diversos orígenes, se remonta a la misma fundación del museo a mediados del siglo XIX y es fuente imprescindible para el estudio y conocimiento de nuestro patrimonio cultural y, en especial, en lo que a la arqueología se refiere.
El último gran archivo incorporado es el del investigador Antonio Beltrán Martínez (1916-2006), director que fue de este museo (1956-1974) y del que ya hemos hablado en otras entregas. Este ingente repositorio documental y bibliográfico contiene la memoria de más de medio siglo de arqueología y etnología aragonesas, reflejada sobre los más diversos soportes y documentos. En esta nota queremos dar a conocer unas fotografías del momento del hallazgo de un gran mosaico romano que pertenecen a ese archivo y que ilustran la historia de este excepcional pavimento que hoy forma parte de la exposición permanente del Museo de Zaragoza.
En 1965 se descubrió en la vía pública de La Almunia de Doña Godina, cerca de la iglesia, varias estancias de una mansión romana decoradas con pavimentos de mosaico teselado que fueron excavadas por Antonio Beltrán como catedrático de Arqueología que era de la Universidad de Zaragoza, quien publicó el correspondiente informe en el Noticiario Arqueológico Hispánico nº X-XI-XII. Pocos años después, en 1967, en unas obras cercanas aparece otra habitación con un pavimento de opus teselatum, que aunque deteriorado por su posición muy superficial (apenas 50 cm de la superficie moderna) prometía ser una aportación muy importante. Tras la excavación de urgencia, el mosaico fue extraído, restaurado y depositado en el Museo de Zaragoza, donde se expone desde la reforma de 1975.
Se trata de un lujoso mosaico policromo, diseñado a base de complejos motivos geométricos y vegetales, que pavimentó una estancia circular de más de 4,80 metros de diámetro complementada con cuatro exedras semicirculares. La habitación perteneció a una construcción de gran empaque, tal vez una villa de las edificadas por los terratenientes romanos al inicio del Bajo Imperio, pues este mosaico se puede datar a finales del siglo III y comienzos del IV.
El reportaje fotográfico de Antonio Beltrán (25 imágenes en blanco y negro) debió hacerse nada más producirse el hallazgo y antes de la excavación arqueológica propiamente dicha, pues se aprecian las zanjas de la obra que se estaba acometiendo y otros de detalles que denotan esta circunstancia. Son un documento inestimable que proporciona una información hasta ahora desconocida de una de las piezas arqueológicas más significativas del Museo de Zaragoza.
MdZ