Ramón y Cajal y Sorolla vuelven al Museo de Zaragoza

Hace unos meses dábamos cuenta de la salida del retrato de Santiago Ramón y Cajal, pintado por Joaquín Sorolla, para formar parte la exposición “Sorolla en París” organizada por el Museo Sorolla de Madrid, con la colaboración del Museé des impresionnismes Giverny y la Kunsthalle der Hypo-Kulturstiftung de Munich, ciudad donde ha permanecido expuesta esta obra, propiedad del Gobierno de Aragón.

Restauradora del Museo de Zaragoza en Munich examina la obra antes de ser descolgada

El viernes pasado la pintura volvió al museo en perfectas condiciones y ya ha sido colgada en la galería, en un lugar destacado junto a otro retrato debido al pincel de Sorolla en el que el artista representa a su amigo, el también pintor, Portillo. La colocación de estas dos obras juntas permite al espectador apreciar las notables diferencias en el tratamiento artístico entre una pintura espontánea, casual, casi una instantánea, llena de luz,  amabilidad y afecto, como es la dedicada a su colega Portillo, y la seriedad -casi severidad- y el ensimismamiento que presiden la efigie de Santiago Ramón y Cajal que podríamos calificar como retrato oficial. Un efecto que queda subrayado por la gran similitud de los formatos de ambos retratos.

Obras ya embaladas antes de partir desde Munich

Para una mejor contextualización del periodo artístico el cuadro se ha colocado frente a un busto en bronce del propio Ramón y Cajal, realizado en 1914 por el escultor Mariano Benlliure, lo que proporciona un contrapunto interesante ya que permite  admirar la imagen de un mismo personaje tratado por dos artistas diferentes, en dimensiones distintas y en obras hechas con pocos años de diferencia.

D. Santiago en su sitio (Fot. J. Garrido)

La vuelta del “Ramón y Cajal” de Sorolla es un magnífico argumento para acudir este fin de semana al Museo de Zaragoza  y pasar un agradable rato en la mejor compañía.

MdZ

Sorolla y Benlliure frente a frente (Fot. J. Garrido)

 

 

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