San Valero, patrón de Zaragoza en el museo

El próximo 29 de enero es fiesta por todo lo alto en Zaragoza pues la ciudad celebra a su patrón san Valero, personaje históricamente documentado a quien se identifica con Valerio el obispo de Caesar Augusta que aparece suscribiendo el Concilio de Elvira (Granada) celebrado hacia el año 306. Por consiguiente, es el primer obispo de esta sede acreditado y que debió iniciar su pontificado a finales del siglo III. Según el poeta Prudencio, Valerio fue hecho prisionero en la persecución de Diocleciano y llevado a Valencia junto con su diácono Vicente quien murió martirizado, mientras que Valerio salvó la vida. Ahí se pierde su huella histórica y comienza la leyenda con el hallazgo, en el siglo XI, de su cuerpo en el Pirineo y su traslado a la catedral de Roda. Tras la conquista de Zaragoza a los musulmanes, en 1118, Roda cedió algunas reliquias que se veneran en la nueva iglesia catedral de la capital del reino.

Detalle de la mitra y el báculo de san Valero (Fot. José Garrido)

Paradójicamente, el Museo de Zaragoza apenas tiene entre sus fondos objetos relacionados con san Valero, seguramente debido a la viva devoción casi exclusiva de esta ciudad. Sin embargo, se exhibe una obra magnífica, depósito temporal de un particular, donde aparece Valero acompañado de otros santos zaragozanos. Es una pintura al óleo sobre lienzo ejecutada por José Luzán (1710-1785) como trabajo preliminar para la obra definitiva, y mucho mayor, constituida por las puertas del armario de las reliquias de la sacristía mayor de La Seo zaragozana. Pintada en 1757, se la titula: “San Valero, san Vicente mártir, san Pedro Arbués y santo Dominguito de Val, en la Gloria”.

San Valero, san Vicente, san Pedro Arbués y santo Dominguito de Val. (Fot. José Garrido)

Esta obra, de delicada factura, está inspirada en la pintura al fresco y más concretamente en la “Glorificación de santa Cecilia” de Sebastiano Conca (1721-24) ubicada en Roma, que Luzán debió de conocer en su estancia italiana. También encontramos ecos más cercanos a partir de la obra “Venida de la Virgen del Pilar” que unos años antes Antonio González Velázquez había pintado para la Santa Capilla de la basílica zaragozana.

En esta pieza que hoy glosamos se representa a san Valero con su mitra episcopal sostenida por angelotes, acompañado de su diácono Vicente. Se ha trabajado la figura mediante un dibujo preciso pero que conforma contornos blandos y delicados, con un colorido brillante y cálido propio del lenguaje artístico tardobarroco en que se ha encuadrar la obra.

San Valero en detalle. (Fot. José Garrido)

El día de san Valero el museo está abierto por la mañana para poder visitarlo y admirar esta preciosa pintura del que fuera profesor de Goya en sus primeros pasos en el aprendizaje del oficio de pintor.

MdZ

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