Santa Orosia y el Museo

El pasado martes,  25 de junio, se celebró en Jaca y en Yebra de Basa la festividad de Santa Orosia que concita en estas tierras montañesas del Pirineo central una  gran devoción popular.

Jaca vive una de sus fiestas grandes con procesión solemne en torno a las reliquias de la santa, el cuerpo decapitado, que se venera en la catedral. Yebra de Basa honra a la mártir con una gran romería que traslada por unas horas “la cabeza” de santa Orosia desde la parroquial del pueblo hasta la ermita dedicada a la princesa bohemia, a los pies del pico Oturia, con la presencia de gentes venidas de pardinas, pueblos y valles del entorno.

Detalle de la estampa de santa Orosia

La devoción a  la santa, estudiada por antropólogos como Enrique Satué, le adjudica poderes para acelerar el ciclo biológico de los cereales, o hacer brotar manantiales. Situaciones que remiten al mundo de la fertilidad, algo indispensable para la continuidad de la vida en cualquier lugar y más todavía, si cabe, en contexto montañés.

La tradición popular recoge una leyenda en torno a la presencia en el Pirineo central de esta mujer extranjera, venida de muy lejos a casar con un noble del primer e incipiente reino de Aragón en el siglo VIII, que en su camino es asaltada y martirizada por tropas “sarracenas”. Tres siglos después un pastor descubre sus restos en las faldas del Oturia y tras una serie de hechos mágicos, en torno al depósito de esos restos, Jaca obtiene la reliquia del cuerpo y Yebra de Basa la cabeza de Orosia.

Fácsimil de salterio

El lugar donde se encuentra la ermita es una gran llanada que proporciona un balcón privilegiado sobre las cumbres del circo de Monte Perdido; desde allí es fácil ascender al pico Oturia, que amplía la perspectiva sobre toda la cordillera.

En las dos celebraciones, tanto en la procesión de Jaca como en la romería de Yebra hay dos grupos dentro del ritual que son importantes: el de los romeros y el de los danzantes. El Museo de Zaragoza tiene el privilegio de custodiar fondos íntimamente relacionados con ellos. Los danzantes se visten con traje de calzón y gorro de cintas y flores, que la asociación “O Zoque” de Yebra cedió temporalmente en el año 2000 para su exhibición en la Sección de Etnología. Con la ayuda de palos de boj  ejecutan una serie de mudanzas al tiempo que se recitan en aragonés los gozos de la santa. Los músicos acompañan con chiflo y salterio, o tamboril de cuerdas. Justamente el museo expone un ejemplar de este instrumento elaborado en Yebra en 1958, copia de modelos de siglos anteriores.

Abrigo o ropón de romero

En cuanto al hábito de los romeros, o cofrades de Santa Orosia, consta de ropón de paño marrón con esclavina de cuero y  cruz superpuesta a la altura del corazón y un bordón con cruz de doble travesaño, también superpuesta. Este ropón, o abrigo, original de Jaca del siglo XIX y restaurado en el año 2009, se puede contemplar en la Sección de Etnología junto con el bastón o bordón de los romeros.

Bastón de romero

En el Museo de Zaragoza no falta una representación de la santa, es una estampa calcográfica hecha por Braulio González  en 1757. La obra está presidida por la imagen de Orosia en una hornacina con corona y los atributos el martirio,  rodeada de viñetas con escenas de su suplicio y del prodigioso hallazgo de sus restos. Todo ello decorado con rocallas y volutas del más puro gusto rococó.

Grabado de Santa Orosia. 1757

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