Llegados al ecuador del verano, contamos a nuestros lectores la marcha de las actividades de la programación estival del Museo de Zaragoza, que han tenido como protagonistas al público más joven y a la exposición “Hiroshige (1797-1858) y su época” como propuesta.
Para público general, se han puesto en marcha con gran éxito una serie de visitas comentadas a la exposición temporal “Hiroshige (1797-1858) y su época”, realizadas por el Área de Educación y Comunicación. Tienen un carácter gratuito y se realizan los jueves y viernes de julio, a las 12 horas. Los grupos están limitados a 25 personas y, aunque no es necesario reservar previamente, hay que acudir unos minutos antes de la hora al hall del museo. Todavía podéis participar hasta el 31 de julio. No os quedéis sin viajar al Japón más tradicional.
Además se han preparado unos talleres para niños y niñas destinados a desarrollar la capacidad creativa, imaginativa y expresiva a través del collage, la pintura y la fotografía. La respuesta ha sido abrumadora, con lleno en ambos casos y con previsión de poder repetir alguna de las actividades en septiembre y en próximos periodos de vacaciones escolares.
La primera actividad para niños, de 7 a 12 años, tuvo lugar el jueves 25 de junio, y se trata de un taller de pintura y collage impartido por la ilustradora oscense Vicky de Sus, que realizó recientemente en el museo un fantástico taller de encuadernación japonesa, en el que experimentamos con la técnica mixta y el uso de materiales reciclados, entre los que tuvieron mucho éxito los retales y los muestrarios de papel pintado.
Por su parte, la fotógrafa zaragozana Vicky Méndiz, realizó un fantástico taller creativo de fotografía para niños entre 5 y 12 años durante los primeros días de julio, del 7 al 10, cuatro sesiones, en las que se iniciaba a los niños en el conocimiento del lenguaje y la técnica fotográfica. Se les habló de la evolución de la fotografía y las cámaras hasta llegar a las actuales cámaras digitales, que nos permiten disparar de manera casi ilimitada (y muchas veces irreflexiva), sin incrementar el coste, como “antiguamente”, por el precio de los carretes y el revelado. Además los asistentes ahondaron en la posibilidad de usar la cámara como medio de expresión artística con el que nos relacionamos con el mundo y no como una simple herramienta para dejar constancia de lo que vemos o hacemos de manera cotidiana, un uso de la imagen tan extendido y poco cuidado desde las redes sociales. En la última jornada se les invitó a crear, ordenar imágenes, y componer, desde su experiencia y visión de la realidad, nuevas historias mediante la selección de fragmentos de su trabajo e imágenes de otros creadores, con los que formaron un pequeño libro de fotografía.
Por su parte, la Asociación Cultural Aragón-Japón, colaboradora del museo en tantas iniciativas, organizó talleres para niños y adultos durante la primera semana de julio en la II Semana del Japón, con pintura sumie, manga para niños, etc…que tienen ya un público muy consolidado.
Pero todavía no nos vamos, el Museo de Zaragoza sigue abierto durante el verano sigue estando a disposición de los visitantes con niños el espacio familiar, donde se pueden encontrar materiales para colorear, una pequeña biblioteca infantil o se pueden trabajar los cuadernillos didácticos disponibles en la tienda o en la web del museo, en el apartado de publicaciones.
Taller de fotografía creativa. Foto: J. Garrido